Acogemos el nacimiento de cuatro víboras cantil, uno de los reptiles más amenazados de América
hace 6 añosHemos dado un paso más en la conservación de la víbora cantil (Agkistrodon taylori) con el nacimiento de cuatro nuevas crías de esta especie, considerada como uno de los reptiles más amenazados de América debido a la destrucción de su hábitat natural. Se trata de la primera vez que los expertos del complejo consiguen reproducir esta especie en cautividad en el recinto benidormense.
El nacimiento de estas crías ha sido posible después de que en el mes de octubre de 2017 llegara a Terra Natura un macho de víbora cantil para unirlo a la hembra que ya habitaba en las instalaciones. La hembra ha tenido que superar una gestación de cinco meses, en la que ha puesto siete huevos, de los que han conseguido nacer cuatro crías.
Los nacimientos de esta especie se suelen producir entre el mes de agosto y octubre. Cuando nacen las pequeñas serpientes son totalmente independientes, y su veneno es tan potente que puede provocar daños graves a animales de gran tamaño, incluso al ser humano. El veneno de esta especie ha formado parte de estudios para analizar su efecto en el tratamiento de determinadas patologías como la epilepsia.
Nuestro equipo de expertos no podrá concretar el sexo de cada cría hasta que pasen unos meses y adquieran el tamaño suficiente. Este reptil detecta a sus presas con movimientos de sombras y cambios de luces a través de sus ojos, de las partículas de olor que hay en el ambiente a través de su lengua y en la oscuridad a través de sus fosetas. También es conocida por el nombre de ‘cuatro narices’ debido a los cuatro orificios que posee en su rostro y que se asemejan a una nariz.
De los cuatro orificios de su rostro, tan solo dos son fosas nasales, ya que los otros dos son fosetas termoreceptoras. Las fosetas son sensores de calor que permite a estos animales cazar por las noches y detectar cualquier presa o cuerpo de sangre caliente que haya, aunque haya plena oscuridad. Además, es conocida como cantil por la cola que tiene, ya que la deja colgando como si fuera un cantil.
El color más llamativo de la punta de la cola lo utiliza para atraer la atención de sus presas. Mueve la cola a modo de cebo para que parezca un gusano con el objetivo de que anfibios, lagartos y roedores se confundan y se acerquen a ella.