Incorporamos una pareja de boas de arena para potenciar la conservación de esta especie

hace 2 años

En Terra Natura Benidorm hemos incorporado una pareja de boas de arena (Eryx muelleri) con el objetivo de fomentar la conservación de este reptil a través de su reproducción. Se trata de la primera vez que el parque cuenta con esta especie en sus instalaciones, una especie que se encuentra en estado de conservación vulnerable. La pareja está formada por una hembra y un macho de tres años de edad, procedentes de un centro de Málaga.

Mediante la llegada de esta pareja se busca, por un lado, lograr la reproducción de esta boa para potenciar su conservación y, por otro lado, se refuerza el área educativa del parque, ya que permitirá ofrecer nuevas charlas sobre esta especie y dar a conocer entre los visitantes las técnicas de caza que emplea y las características morfológicas de este animal. La pareja ya puede ser vista por el público en uno de los terrarios, que están situados en la exposición permanente de criaturas venenosas dentro del volcán de Terra Natura Benidorm.

Nada más llegar, la pareja de boas de arena ha pasado un periodo de cuarentena. Durante el periodo de adaptación, los herpetólogos y cuidadores han comprobado que su estado de salud sea óptimo y que el proceso de adaptación se produzca de manera adecuada. Así, se ha observado que las mudas sean perfectas y enteras. Si la piel de la serpiente está tersa significa que está bien hidratada, pero si tuviera arrugas es un signo evidente de deshidratación. También se controla que tengan apetito y sus heces, porque aportan información sobre el estado de salud de estos animales.

Una de las características principales de estas boas es que se entierran en la arena para resguardarse de las altas temperaturas, hacer emboscadas a sus presas o esconderse de sus depredadores cuando se sienten amenazadas. En el caso de los adultos, suelen alcanzar los 61 centímetros de longitud. Se trata de una especie endémica de África. Esta serpiente puede llegar a estar hasta un año sin alimentarse y está acostumbrada a vivir en desiertos y terrenos áridos.

La forma de la cabeza está diseñada en forma de pala para facilitar el proceso de enterramiento y poder moverse debajo de la arena. La mayor parte del tiempo lo pasan debajo de la superficie de la arena, manteniendo los ojos y la cabeza expuestos. Cuando se acerca una presa, salen de la arena para morderla y emplean la constricción para asfixiarla y matarla.

Su alimentan fundamentalmente de pequeños roedores, aunque en ocasiones también comen lagartijas y pájaros. La tenencia de esta especie está regulada por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES). En este caso, las boas de arena corresponde a un CITES II como especie que no está en peligro de extinción, pero que puede llegar a estarlo si la presión sobre sus poblaciones se mantiene.

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