La colonia de zorros voladores de Terra Natura crece con tres nuevos nacimientos

hace 4 años

La comunidad científica teme que la pandemia pueda perjudicar a las colonias de esta especie en estado silvestre por pertenecer a la familia de los murciélagos

En Terra Natura de Benidorm hemos registrado el nacimiento de tres nuevas crías de zorros voladores (Pteropus lylei), una especie considerada vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y que está protegida por la CITES. La colonia de esta especie que habita en el parque está formada actualmente por 34 ejemplares.

Los zorros voladores pertenecen al orden de los Quirópteros, que integra también a los murciélagos. Debido a que se relaciona a estas familias animales como reservorios del coronavirus, y se les ha apuntado como originarios del SARS-CoV-2, la comunidad científica está preocupada por el impacto que la pandemia podría tener en la percepción gubernamental y pública de los murciélagos, pudiendo inducir en algunos casos a perseguirlos y destruir sus colonias, como ya ha ocurrido en algunos países.

Las tres crías nacidas en Terra Natura Benidorm pesan alrededor de 110-120 gramos, y miden entre 60 y 100 milímetros. Proceden de tres madres diferentes y son totalmente dependientes de ellas. De hecho, las madres son muy protectoras, las llevan colgadas de forma permanente y las cubren con las alas para protegerlas y darles calor. Cuando ya son muy grandes para llevarlas, comienzan a dejarlas en la colonia junto al resto de miembros. Para encontrarse, emiten vocalizaciones que identifican a cada pareja madre-cría, y el olor también es característico de cada una, por lo que la madre la reconoce olfateándola.

El nombre científico de esta especie viene del griego y significa “mano ala”. Éstos son los únicos mamíferos con capacidad real de volar. Su ala es una modificación de la mano, y pueden elevarse gracias a una fina y flexible membrana de piel que cubre los huesos. Los zorros voladores, al contrario que el resto de murciélagos, no emiten ecolocalizaciones y no hibernan, manteniendo su temperatura corporal constante.

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