La familia de animales deTerra Natura Benidorm ha crecido gracias al nacimiento de una cría de muntjak de Reeves (Muntiacus reevesi). Con la llegada de esta cría, ya son seis los ejemplares de la especie que habitan en las instalaciones del complejo benidormense. Esta especie, perteneciente a la familia de los cérvidos, destaca por el peculiar sonido que emite cuando se encuentra en peligro, y que se asemeja a un ladrido.

La madre de la cría, llamada Gilda, no necesitó asistencia por parte de los veterinarios durante el parto, ya que se desarrolló de forma normal y no hubo ningún tipo de complicación. Nada más nacer, los veterinarios han realizado un examen visual al pequeño ejemplar para determinar su estado general de salud, confirmar si la morfología era correcta y si el comportamiento del resto del grupo ante la llegada de la nueva cría era adecuado.

Después de trascurrir los primeros días de vida de la cría y observar la conducta del grupo de la especie, se ha detectado por parte de los cuidadores que existía rivalidad entre los dos machos del grupo. Esta rivalidad ha originado distintas peleas entre ambos machos, por lo que se ha tenido que trasladar provisionalmente a uno de ellos a otra instalación.

La gestación del muntjak es de siete meses. Al nacer, las crías se ponen de pie de forma inmediata y comienzan a caminar y correr, aunque con cierta torpeza al principio. A partir de los cuatro meses se independizan de su madre y alcanzan su edad adulta a los seis meses. En el proceso de crianza no interviene el padre.

Su extrema timidez les hace que tiendan a esconderse inicialmente hasta que, poco a poco, adquieren una mayor confianza con su nuevo entorno. Sin embargo, cuando tienen que defender su territorio utilizan los colmillos que poseen.

La especie suele vivir unos 17 años aproximadamente y al nacer tan solo pesan unos 600 gramos, que en su etapa adulta pueden llegar a convertirse en 20 kilos. El tamaño de estos animales oscila entre los 89 y 135 centímetros. Es originaria de China y Taiwan y habitan en los bosques subtropicales de ambos países, aprovechando la amplia variedad de plantas que hay en ellos para alimentarse, así como de pequeños animales, carroña y hongos