El parque ha puesto en marcha las tejas cerámicas radiantes, lámparas infrarrojas de calor y radiadores en los recintos de las especies más sensibles al frío

El equipo de especialistas de este espacio, dedicado a la conservación de la biodiversidad y a la divulgación medioambiental, han activado los sistemas de calefacción en los recintos donde habitan las especies más sensibles y vulnerables a las bajas temperaturas para garantizar su bienestar.

En concreto, se han puesto en marcha diversos sistemas de calefacción entre los que se encuentran tejas cerámicas radiantes, lámparas infrarrojas de calor, radiadores y splits. En este sentido, se ha conectado la calefacción en las instalaciones de los titíes, saimiris, armadillos, reptiles, cocodrilos y zorros voladores. Con la intención de prevenir los resfriados invernales se va a administrar un aporte extra de sumplementos vitamínicos y vitamina C a los titíes.

De manera paralela, se ha incrementado la cantidad de alimentos en algunos animales como elefantes y los rinocerontes para que obtengan un mayor aporte calórico, y también se ha modificado la dieta en otros ejemplares como los leones marinos, a los que se les proporciona más peces de contenido graso como arenques o capelines. En el caso de los pelícanos también se les adapta la dieta piscívora.

La llegada del frío trae consigo el cambio de plumaje en la mayoría de aves, que lo cambian en invierno para espesarlo y poder soportar las gélidas temperaturas. También en los mamíferos es habitual que se espese el pelaje y en los reptiles se ralentiza su metabolismo con el objetivo de reducir su gasto energético.