La exposición de criaturas venenosas se refuerza con una víbora cantil y una muestra de esqueletos
hace 7 añosLa exposición de criaturas venenosas de Terra Natura Benidorm se refuerza con la incorporación de una nueva serpiente macho, la víbora cantil (Agkistrodon taylori), que en la actualidad está considerada como uno de los reptiles más amenazados en América debido a la destrucción de su hábitat, y con la creación de una muestra de esqueletos de reptiles.
Esta especie también es conocida por el nombre de ‘cuatro narices’, debido a los cuatro orificios que posee en su rostro que generan la sensación de ser cuatro narices. De esos orificios solo dos son fosas nasales, ya que los otros dos son fosetas termoreceptoras. Un órgano sensor de calor que permite a estos animales cazar por las noches y detectar cualquier presa o cuerpo de sangre caliente, aunque haya plena oscuridad.
El ejemplar que acaba de llegar al parque, procedente del Zoo Aquarium Madrid, mide 30 centímetros y pesa cerca de 400 gramos. Este macho ha llegado para formar pareja con una hembra que ya habita en el complejo y así tratar de lograr su reproducción en cautividad. La llegada de esta serpiente de ‘cuatro narices’ permitirá profundizar en el conocimiento de esta especie realizando un registro de los datos sobre su cuidado y progreso de cara a mejorar su reproducción y conservación en cautividad.
Esta especie detecta a sus presas con movimientos de sombras y cambios de luces a través de sus ojos, de las partículas de olor que hay en el ambiente a través de su lengua y en la oscuridad a través de sus fosetas. Esta víbora también es conocida como cantil por la cola que tiene, ya que la deja colgando como si fuera un cantil. La punta de la cola es de un color más llamativo para atraer a sus presas. Mueve la cola a modo de cebo para que parezca un gusano y anfibios, lagartos y roedores se confundan.
Para completar la exposición de criaturas venenosas de Terra Natura Benidorm, y coincidiendo con la celebración de Halloween, se ha creado una muestra con dos esqueletos de serpientes de cascabel centroamericana y de mocasín cabeza de cobre, que el público a partir de ahora podrá observar de forma permanente. Mediante esta acción divulgativa se puede ver los colmillos y el maxilar inferior, apreciando así la evolución de la especie que separó la mandíbula que estaba ligada solo a músculos para engullir presas de mayor tamaño. En el esqueleto de la serpiente cascabel se puede ver intacto el cascabel de la cola.