Terra Natura Benidorm ha extraído muestras de ADN de los tres rinocerontes que habitan en sus instalaciones, para que formen parte de la base de datos de ADN forense de rinocerontes de zoológicos y museos de Europa. El objetivo es proporcionar un perfil de ADN de referencia de estos animales para minimizar el riesgo de robo de sus cuernos y facilitar información a los organismos que investigan el tráfico de cuernos de rinoceronte.
Para obtener la muestra de ADN, los veterinarios han recogido saliva de cada uno de los rinocerontes mediante un hisopo, que posteriormente ha sido enviado a la Unidad de ADN forense de Vida Silvestre, cuya sede se ubica en Edimburgo (Escocia). A pesar de que normalmente se solicita que la muestra sea tomada de la sangre de los ejemplares vivos, Terra Natura Benidorm se ha decantado por realizar una extracción de saliva al ser el método menos invasivo.
Para llevar a cabo el proceso de recogida, se ha pasado el hisopo por la cara interna de la mejilla de cada rinoceronte quedando complemente empapado el por la saliva del animal. Shiwa, Nisha y Nico, los tres rinocerontes que viven en las praderas del parque, han colaborado en todo momento en la extracción de la muestra.
Una de las mayores amenazas para la conservación de los rinocerontes, en la actualidad, es la caza que realizan furtivos para conseguir sus cuernos. Éstos están compuestos de queratina, al igual que el pelo y uñas del ser humano. En Oriente existe la falsa creencia de que los cuernos de rinocerontes tienen propiedades medicinales, lo que suscita el tráfico ilegal de cuernos de rinocerontes.
Se estima que la venta ilegal de animales y plantas mueve cerca de 10.000 millones de euros al año, lo que posiciona a esta actividad delictiva como la tercera en volumen de negocio a escala mundial, detrás del tráfico de drogas y de armas.
Existen datos sobre la conservación de rinocerontes que calculan que cada año se matan más de mil rinocerontes e incluso algunos de ellos han llegado a ser asesinados en zoológicos, tal y como ocurrió hace un año en Francia. Precisamente, para proteger a los rinocerontes criados en cautividad y poder seguir a los traficantes se ha creado la base de datos europea de ADN de rinoceronte.